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Conozca el valiente testimonio de Valentina Villalobos y su mensaje para que todas las jóvenes tomen conciencia respecto de la importancia de la prevención

 

Hace siete meses, Valentina Villalobos Ruiz era feliz. Su marido, su hijo, su trabajo y su familia la llenaban plenamente y su salud era envidiable. Pero una masa del porte de un dulce le cambio la vida. A sus 24 años a Valentina le diagnosticaron un cáncer de mamas que estaba avanzado por lo que había que actuar rápido.

Hace tres semanas, ya con los resultados de la biopsia, los médicos sentaron a Valentina y le explicaron los riesgos de una metástasis, es decir de una propagación del cáncer por el resto del cuerpo. Eso fue un jueves. Tras esa conversación y la aceptación por su parte, Valentina se hospitalizó el martes en el Hospital San Camilo y el miércoles sus dos mamas fueron extirpadas.

La joven quiso contar su historia a modo de testimonio para que otras mujeres de su edad tengan en cuenta la importancia de la prevención, el autocuidado y también para incorporar más exámenes preventivos en el sistema, ya que en su caso, el haberse tomado una mamografía por su cuenta fue crucial.

“Yo llegué tarde al diagnóstico, antes tenía el nódulo chiquitito en una mama y me hice el examen particular, lo que me permitió conocer mi diagnóstico, pero se requiere más conciencia especialmente en la gente joven, pues yo esperé mucho tiempo para una mamografía y el sistema tampoco las considera prioritarias en las jóvenes”.

“Yo no sabía nada del cáncer, no sabía que podía llegar a ser tan extremo y que te saquen las dos mamás, es muy fuerte y penoso pero también me explicaba el doctor que dependía mucho del estado de ánimo porque este afecta las defensas, todo depende de tu ánimo”.

La joven madre cuenta que una vez dentro del sistema, fue atendida por tres cirujanos, el Dr. Valenzuela, el Dr. Rossat y la Dra Retamal, quien es su médico tratante y quien la preparó y le dijo que el resultado no traía buenas noticias, que era extraño para su edad, pero que también podía estar en otra parte del cuerpo. “Gracias adiós no estuvo, ya en el Hospital San Camilo me tomaron un scanner completo con lo que se descartó su presencia en otros partes”, agregó.

“Los doctores me explicaron y  les dije que si había que sacar,  que actuaran rápido. Ellos me lo consultaron y lo explicaron todo, pero yo les dije que sacaran nomás… era mi vida o mis pechugas, pues se podía ramificar. Pese a esto, debo destacar que el hospital también se portó súper bien, sus funcionarias fueron muy atentas y amorosas, me hacían reír, se preocupaban, me hicieron la estadía muy amena y rica, al igual que los doctores, fueron muy amorosos y alegres conmigo”, asegura luego de dejar el Hospital San Camilo tras el alta médica.

El largo proceso de recuperación y reconstrucción

Valentina cuenta que todo fue tan rápido que no ha tenido tiempo de asimilarlo, porque su familia ha sido su apoyo, además que sólo sintió dolor en la mama durante las últimas semanas. “De manera muy rápida, el tumor ya se había salido de la mama, la había deformado y me pesaba, estando siempre afiebrado”.

Ahora, tras su recuperación de la cirugía, es necesario pensar en la reconstrucción mamaria completa, la cual, sin embargo, no podrá ser sino dentro de dos o tres años, ya que hay que asegurarse de que no vuelva el cáncer primero, para lo cual viene todo el proceso de quimioterapia y radioterapia en Valparaíso.

“Ahora quiero aceptarme y quererme así. Quiero vivir el duelo porque se me fue algo importante, quiero quererme sin pechugas, estar bien, hacer mi vida normal, abrazar a mi hijo Renato, que es algo que no pude hacer porque me dolía mucho”, comenta.

Si bien el caso de Valentina es poco común, la recomendación de los expertos es no esperar hasta los 40 para hacerse el examen o pensar que esto solo les sucede a las madres o abuelas, pues existen condiciones genéticas y biológicas que pueden generar condiciones para que el cáncer de mama aparezca en personas jóvenes, por lo que el llamado es a la prevención.

“Que no se dejen descuidar, pues al inicio lo mío era mínimo y no lo sentía, solo lo mostró la eco, pero en siete meses salió el tumor y me deformó la mama, poniendo en peligro mi vida”, sostiene Valentina, mientras asegura que pese a todo, ella no ve esto como un problema. “Es una enfermedad que me tocó vivir a mí, porque fui la elegida, porque soy la más fuerte de mi familia y sólo tengo que sacar todo lo bueno de esto, pues lo malo no aporta nada, tengo que vivir y salir adelante, si tampoco soy la única, hay muchas mujeres luchando contra esto y mi deseo es que muchas más se preocupen para que no les pase a ellas”.

La valentía de esta joven en contar su historia busca generar conciencia frente a un tema que muchas de su edad ven como algo lejano, pero su caso demuestra lo contrario. “Pueden haber muchas Valentinas que no saben que tiene cáncer sólo por no hacerse la mamografía a tiempo”.

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